En muchas ocasiones, los amantes de la fotografía hemos utilizado el término "poesía visual", para referirnos a imágenes que traspasan la retina observadora para calar hondo en nuestro espiritu, fotografias de extraordinaria belleza que nos despiertan sentimientos más allá de la propia imagen. Pues bien, lo que hoy os proponemos es un documental muy especial al que podríamos integrar en esa definición de "poesía audiovisual".
"Cenizas y nieve" (Ashes and Snow 2005) es un documental del cineasta y fotógrafo canadiense Gregory Colbert, quien tardo diez años en rodar esta película, íntegramente filmada en tonos sepia, lo cual ya resultará muy interesante al ojo de los fotógrafos. No necesitamos "el color" para contar bellas historias.
La película, que formó parte de una gran exposición fotográfica que visitó las capitales más importantes del mundo, no sigue ningún hilo argumental concreto. El documental explora, en una consecución de fantásticas imágenes, las extraordinarias interacciones que se dan entre los seres humanos y los animales. Como si de una extensa exposición fotográfica se tratara, Colbert va enlazando bellas imágenes con música de fondo que, junto al pausado ritmo de la película, consigue transportarnos por una especie de canal reflexivo.
El director utiliza planos generales y planos cortos. Los planos generales nos aportan una sensación de infinidad, al tiempo que los planos cortos nos ofrecen intimidad. La interacción de los hombres con los animales, los tranquilos paisajes en los que filma, las danzas con los elefantes y otras especies, la música... todo conforma una genial propuesta que nos induce a la tranquilidad y la reflexión.
Otro aspecto singular de este documental es el gran poder de sus imágenes, una narrativa visual repleta de simbolismos. Así, el monje joven simbolizando la infancia, junto con el monje mayor que simboliza la experiencia. El paso tranquilo de la canoa, símbolo del tiempo, mortalidad e inmortalidad, la vida que nos lleva de un lugar a otro hasta que se detiene. Los elefantes, símbolo de liderazgo para la tradición Hindú. Y muchas imágenes con agua, simbolizando la regeneración, la pureza.
La música, la pureza de sus imágenes, la atemporalidad en el paisaje, el movimiento y el tiempo, se conjugan en armonía, dando lugar a una consecución de imágenes inesperadas que nos provocan sorpresa, interrogantes y tremenda sensación de paz.
En algún momento del film aparece la voz en off de un narrador, en inglés, pero son momentos muy puntuales y escasos. No es necesario dominar el idioma para disfrutar de las bellísimas imágenes de este documental.
Espero que lo disfrutéis.
